encerrado en un incesante encuentro social.
Soy un espíritu libre, sí,
pero te quiero.
Y me preocupo por la calidad de tu alma
y por el número de cerezas que comes
(luego te puede doler la tripa).
Soy un espíritu libre
un poco acojonado.
Un Clint Eastwood
rodeado de rascacielos.
Me refiero,
amigos míos,
a que en caso de que os pique la nariz
con la misma insoportable intensidad que a mí,
siempre rascaré
la mía primero.
16 de junio de 2013, Madrid
Samuel S.
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