resquebraja el sueño profundo
aquel pérfido pitido
a las putas siete en punto.
Me pide, en fin,
que me aupe de la cama
y desmantele
el imperio onírico
que tan pastelosamente había patentado.
Haciendo... caso omiso,
pienso, ¿por dónde,
por qué parte lo habíamos pausado?
Ah, sí. Bésame de nuevo
por primera vez.
Primeros meses de invierno de 2013. Madrid.
Olivia D.
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